Comunidad de Tepoztlán

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Experiencias compartidas

german_tft
Comida
★★★★★
2025-06-05 06:38:21
Comida deliciosa y presentable

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itzel
Alojamiento
★★★
2025-06-05 16:36:36
Me pareció excelente

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felix
Comida
★★★★★
2025-06-05 16:42:01
Desde el momento en que llegamos a Tepoztlán, sentí que entrábamos a un lugar especial. El aire era fresco, el cielo despejado, y las montañas verdes que rodeaban el pueblo nos daban la bienvenida como gigantes guardianes. El ambiente tenía algo místico, como si el tiempo allí pasara más despacio.

Lo primero que hicimos fue caminar por las calles empedradas del centro, llenas de puestos de artesanías, colores y aromas. Me llamó la atención el olor dulce que salía de los hornos: eran los famosos itacates y nieves artesanales, que probamos después de un rato. Escogí una nieve de pétalos de rosa, ¡jamás imaginé que algo tan raro supiera tan bien!

En la plaza principal, visitamos el Ex Convento de la Natividad, un edificio impresionante del siglo XVI. Las paredes antiguas y los murales desgastados contaban su propia historia, y el silencio dentro del convento se sentía como un viaje al pasado. Afuera, la vida seguía animada con música, danzas y vendedores sonrientes.

Después vino el reto del día: subir al Tepozteco, una pirámide ubicada en lo alto de un cerro. El ascenso fue cansado, con escaleras naturales, piedras sueltas y muchas paradas para tomar aire. Pero valió completamente la pena. Al llegar arriba, la vista era impresionante. Se veía todo el valle, el pueblo pequeño abajo y el cielo tocando las montañas. Y ahí, en la cima, estaba la antigua pirámide dedicada al dios del pulque: Ometochtli-Tepoztecatl. Me quedé un rato sentado, respirando profundo, sintiendo esa energía tan única que dicen que envuelve a Tepoztlán.

Al bajar, comimos en un pequeño restaurante local. Probamos tlacoyos, cecina y tamales de frijol, y todo estaba delicioso. Los ingredientes eran frescos y los sabores, caseros, como hechos por la abuelita.

Antes de irnos, compramos algunas artesanías: un cuarzo, una pulsera tejida y un sahumerio. Muchos creen que Tepoztlán es un lugar lleno de energía espiritual, y aunque no estoy seguro de todo eso, sí sentí una paz difícil de explicar.

Tepoztlán no es solo un Pueblo Mágico por su belleza, sino porque tiene un alma única. Entre sus leyendas, su comida, su gente y su paisaje, me dejó con ganas de volver. Es de esos lugares que se quedan contigo, como un recuerdo cálido y lleno de vida.

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